Pégame pero no me dejes, una mirada al mundo de la violencia física

Por: Jocelyn Villela

La violencia física deriva de la actitud de poder de una persona sobre otra, según información proporcionada por la psicoterapeuta familiar Rosa María Ruano: “El pensamiento es yo soy más fuerte que tú, yo puedo más y te lo demuestro si tú no te sometes a mí porque te veo pequeño no solo físicamente sino como persona no te veo de mi nivel, ni de mis capacidades y de esa manera yo me impongo con golpes”.

El autor Felipe Antonio Ramírez Hernández en su libro Violencia masculina en el hogar escribe que la violencia física es una invasión del espacio físico de la otra persona y puede hacerse de dos maneras: una es el contacto directo con el cuerpo de la otra persona mediante golpes, empujones y jalones; o limitar sus movimientos de diversas formas como el encierro, arrojarle objetos o hasta llegar a provocar la muerte.

Según la información recolectada por La encuesta Nacional de Violencia en el Noviazgo, ENINOV, el 15 por ciento de las y los jóvenes han experimentado al menos un incidente de violencia física en la relación de noviazgo que tenían al momento de realizarse la encuesta; de igual manera estos sucesos tienen una mayor proporción en zonas urbanas 16.4 por ciento, en comparación con las zonas rurales 13.2 por ciento.

Rosa María Ruano comentó durante una entrevista algunos de las actitudes que influyen en el ejercicio de la violencia física: “Mucha gente confunde la fuerza con la agresión y piensa que para mantener el poder y la firmeza la única manera de hacerlo es agrediendo físicamente, amenazando, golpeando hasta llegar a provocar la muerte de la otra persona”.

Sin embargo, cuando Rigo le pegó a su novia, Tania, la causa no fue demostrarle su poder, sino desquitar sus celos.

Tania y Rigo estaban en una fiesta cuando por vez primera le demostró de lo que es capaz cuando se pone celoso y es que según el testimonio de ella lo primero que le dijo cuándo le jaló el cabello fue: “Si le sigues, te va peor”.

“Yo no estaba haciendo nada, lo que pasó es que ya estaba medio borracho, nos la estábamos pasando muy bien, la verdad yo también había tomado y, no sé, a lo mejor no me di cuenta de que coqueteé con mi ex, Jorge”, platicó Tania.

El panorama fue el siguiente: Rigo y Tania estaban en la fiesta de un amigo en común tomaron vodka y eran como las 11 de la noche, cuando llegó Jorge, el ex novio de ella con el cual siempre tuvo un trato cordial. A Rigo nunca le agradó.

Jorge se acercó a donde estaba y la saludó, ella le presentó a Rigo como su novio y después de un saludo forzado Jorge se fue con su bola de amigos.

“Pasó como media hora o más, a mí me dieron ganas de ir al baño y le dije a Rigo, yo creo que él no me siguió nada más porque no se podía parar, el chiste es que en el camino me topé con Jorge y platiqué con él de cosas bien mensas, nunca me dijo nada importante, pero alguien le fue con el chisme a Rigo y cuando regresé me dijo: ven, quiero hablar contigo. Me sacó de la casa y afuera me jaló del cabello”.

En el rostro de su novio no vio más que furia y una mirada perdida por los efectos del alcohol, Tania le pidió que se calmara, tranquila, sin hacer alardes ni nada, pero él al ver que no se intimidó cómo el esperaba, con la otra mano la tomó con fuerza de la cara, este fue el límite y le dijo: “Si no me dejas en paz, grito, pendejo, no creas que me voy a quedar callada, allí esta Jorge y es capaz de venir y ponerte una putiza”.

“Me soltó, pero empujándome como esperando que me cayera y la verdad no sé por qué no lloré, si me dolió, pero lo primero que pensé fue que no quería que me viera débil porque de ahí se iba agarrar para hacer siempre lo mismo”.

Tania tampoco sabe por qué le mencionó lo de Jorge, está convencida de que al verse sin fuerza ante él, fue lo único que se le ocurrió. Rigo, inconforme con lo que había hecho, le dio un golpe que le dolió más que el empujón, una frase que le borró de tajó la imagen que tenía de su pareja: “Eres igual de loca que tu madre”.

“Ahí si fue cuando de verdad no se me salieron las lágrimas porque andaba peda, pero sentí tan más feo, me dijo eso porque mi mamá es madre soltera y ahorita tiene novio, la verdad creo que cometí la estupidez de contarle acerca de eso, cuando me lo dijo perdí la confianza que tenía en él, porque no se vale que juzgue algo que no conoce; lo único que hice fue meterme a la casa y decirle a mi amiga que me llevara a su casa, que en el camino le explicaba, ante los demás hice como si no pasara nada, Rigo se quedó afuera y cuando vio que me subí al coche de mi amiga me dijo que me esperara que se había equivocado, que no fuera así, pero no le hice caso”.

Apagó el celular para no recibir mensajes de Rigo y lo evitó por varios días, después de una semana, se reunieron para aclarar las cosas, pero la decisión de Tania fue que no habría más noviazgo, ni más amor.

No obstante que el enojo solo haya durado dos meses, porque después de reconsiderar todo lo bueno y ese pequeño incidente malo, Tania, quien terminó la relación, buscó a Rigo para darle otra oportunidad, bajo la condición de que si se repetía lo de aquella noche, su relación se terminaba y ahora sí, para siempre.

Rosa María Ruano, psicoterapeuta, explicó que la violencia física suele ser más frecuente cuando se está bajo los efectos de alguna droga, como ocurrió en el caso de Tania: “Es más fácil que la violencia suceda cuando la persona se encuentra fuera de su propio control, y con el consumo de alcohol y otro tipo de sustancias adictivas”.

Tania recibió en su cuerpo el maltrato y el impacto del que hablan algunos autores en sus libros, pues a pesar de haber sentido dolor, lo que más le afectó fue su estado emocional, ya que a pesar de que en este tipo de violencia se utiliza la fuerza para lastimar, uno de sus objetivos es dañar emocionalmente a la persona, desgastarla y quitarle el poder de sobrevivir.

Felipe Antonio Ramírez Hernández explica en su libro Violencia masculina en el hogar, que otra forma de violencia física consiste en realizar actos violentos alrededor de la persona. Por ejemplo, romper objetos delante de la persona, empuñar armas y disparar a su alrededor, golpear objetos como puertas o mesas, golpear o maltratar animales, patear cosas, romper vidrios, romper la televisión o sus implementos de trabajo como uniformes, destruir sus cartas o fotos, etcétera.

La encuesta Nacional de Violencia en el Noviazgo, ENINOV, realizada en el año 2014 menciona que de las y los jóvenes que han sufrido violencia física, hay un 62.5 por ciento que ha recurrido a alguna persona en busca de ayuda, principalmente los amigos (33 por ciento), otros familiares (9.2 por ciento) y la mamá (14 por ciento). De este total, el 66 por ciento (734 mil 634 jóvenes) son hombres y el 34 por ciento (392 mil 291 jóvenes) son mujeres.

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