Noche de muertos: Entre el comercio, la tradición y el libertinaje

Por: Alan García

Hablar del primero de noviembre en Pátzcuaro es hablar directamente de un pueblo repleto de turistas que llegan a celebrar y a conocer una muy antigua tradición como lo es la Noche de muertos.

Pareciera ser que los comerciantes son el principal atractivo para los foráneos, entre jarrones, pulseras y collares de todo tipo, guitarras, blusas y camisas típicas de la región a la venta por no menos de mil pesos y una gran variedad de artículos para consumir marihuana.

Sombreros, platos, figuras hechas de cualquier material que se pueda ocurrir; puestos de comida a diestra y siniestra, y muchos, pero muchos turistas que entre voces y características físicas se podían distinguir: Alemanes, franceses, colombianos, españoles, ingleses y por supuesto, muchos morelianos.

Los restaurantes y bares de los diferentes parques y jardines principales tienen casa llena y no logran darse abasto. Los hoteles ya no tienen espacio pero eso no importa mucho, pues la fiesta del Día de muertos no acaba hasta el amanecer._mg_99751

Claro que no toda la gloria se la lleva Pátzcuaro esa noche, también los pueblos aledaños suelen estar repletos de turistas, todo resulta pues en una muy buena derrama económica para esta región de Michoacán.

La isla de Janitzio esa noche es el objetivo de más del 50 por ciento de los turistas, es por esta razón que los precios para cruzar en lancha aumentan hasta seis veces. La isla está infestada de personas, puestos de comida, ropa, artículos de todo tipo y un largo etcétera. Es imposible caminar.

Los panteones y los altares se pelean amistosa e indirectamente para demostrar cuál de todos y todas se lleva la mejor decoración de la noche, los hay por todas partes.

Las policías local y estatal estuvieron todo el tiempo presentes dentro y fuera de la ciudad, para cazar sobre todo a los morelianos que llegan a Pátzcuaro a buscar la fiesta.

Morelianos tomando por aquí y tomando por allá. Tomando en los parques, en las calles, en Janitzio, en los panteones, orinando banquetas o atrás de carros estacionados, bolsas de basura y de hielo tiradas en la calle, botellas, latas de cerveza, y por supuesto, uno que otro ebrio derrotado tirado en la calle.

El muelle general de Pátzcuaro es el punto principal de reunión para los capitalinos michoacanos. La venta de alcohol, café con piquete y charalitos con salsa son indispensables. Bandas de viento locales deleitan a los presentes con canciones de la Banda MS, grupo musical que fue el más solicitado y escuchado de la noche.

Al día siguiente todo vuelve a la normalidad, pero los recuentos de los daños no pasan de una muy buena derrama económica, mucha basura en las calles y uno que otro capitalino perdido entre sus lagunas mentales.

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