Mercado de Abastos: Rincones de un monstruo que no todos conocen

Por: Mariana Moon

ES DE MADRUGADA Y EL OLOR A CAFÉ, BODEGAS, FRUTAS, VERDURAS Y HUMO DE TRÁILERS CONFORMAN EL MERCADO DE ABASTOS, UN GIGANTE INVISIBLE PARA MUCHOS

 4:37 AM .  ¡ A DARLE !

Un montón de gente circula día con día por esta ciudad, cada quien con sus propias historias, sus rutinas y problemas, de esas veces que el delicado equilibrio de una ciudad que si bien no es tan grande, muchos se le adelantan al sol para comenzar con hartas ganas, otros con menos pero ahí están al pie del cañón firmes para un día de trabajo más. La ciudad comienza a funcionar gracias a todos aquellos que madrugan y son los que ponen las primeras pilas del día, así para ir descubriendo hora tras hora, qué fin va teniendo su destino por lo menos el día de hoy.  Todos esos procesos que hacen que la mañana comience, son las bases de todo el día, en el cual, se encuentran historias de todo tipo.

Comienza el día y las ruidosas cortinas comienzan a elevarse y varios de los principales locales de la central de abastos de Morelia inician pues su jornada entre carne, plátanos, plásticos y verduras.

Arrancan pues las labores con el ir y venir de cientos de visitantes que día con día abarrotan las bodegas pensando que no hay tiempo que perder, siendo la central de abasto el centro de distribución de alimentos por lo menos más importante de nuestra ciudad.

 Desde aquí se surten muchos mercados que se ponen a lo largo de la ciudad en diferentes días a la semana y también a foráneos que llegan para surtirse en sus tienditas, verdulerías etc. De hecho aunque se trate de un mercado mayorista siempre habrá quien ofrezca sus productos al menudeo.

Es fascinante caminar por todo el mercado en donde hay locales especializados, donde sólo se venden cebollas, sigues caminando y en otro te sorprenden con el contraste del bonito color de la naranja, el acomodo de las frutas y las verduras, casi en ocasiones hasta por tamaño.

-“Regularmente vienen por las tardes a comprar poco, casi todo lo que se llevan de mayoreo es por las mañanas, desde muy temprano. Ya en la tarde ya casi cuando andamos cerrando llegan las personas a comprar ya de a poquito, por menudeo pues, así como un brócoli, unas manzanas, y unas que otras verduras para su casa.”

 –José Peña, calle sandía #37

-“Y vendemos en general lo que es, nueces, fruta seca, bombones, y gomitas, hay de diez pesos hasta treinta y dos pesos en las gomitas, de hecho esas son las que más vendemos junto con los chocolates, dulces de veintidós pesos, y así varía mucho el precio según el producto pues que el cliente pida”

-Dulces y Botanas Rodríguez, block 4 – bodega 35, calle chile

El cotidiano pero intenso movimiento varía de local en local, de bodega en bodega, entre cajas, jitomates pisados, olor a vegetales, frescos y tal vez más adelante a lo largo del día, a jitomate podrido. La actividad empieza a horas diferentes en distintas áreas del mercado, por ejemplo de las que más temprano abren es a las tres de la mañana, esto debido a que muchas veces los camiones con los que ellos mismos salen a descargar llegan temprano para bajar la mercancía, toneladas de mercancía, que pronto tienen que acomodar en cajas y hasta poner en bonita presentación para que funcione sin problemas la venta.

Y es que para aquellos que madrugan, la noche es una oportunidad más de hacer negocio, el desquiciado tránsito de personas a lo largo de las entradas y salidas del mercado así como el tráfico vehicular que provocan todos los camiones que llegan a descargar entre las bodegas, hacen que cualquiera esté bien despierto mínimo a las cinco de la mañana. Cuesta trabajo entenderlo pero a esta hora, toda la gente que se encuentra aquí, sabe lo que hace y está dedicada en hacerlo, ellos no permiten ni un segundo de distracción, porque si el cargador que lleva el diablito va rápido y todos caminan; si se distrae, choca, puede golpear a una persona y hasta caen las verduras que lleva.

Entonces pone stop al flujo de movimiento, hace que las rechiflas mañaneras se apoderen de sus oídos y se pierda el ritmo que se llevaba antes del percance. De pronto abruma un poco el pensar en la cantidad de negociaciones e historias que ocurren en este lugar, se mueve mucho dinero, se invierte mucho dinero y se obtiene mejor calidad, eso es indiscutible. El equilibrio de una parte de nuestra ciudad depende del mercado de abastos, aquí hay mucho movimiento, fluye “el bisne” y cada minuto es equivalente a billetes recibidos. Piezas clave del mercado son los cargadores, casi son los protagonistas de esta historia.

Hábiles conductores de sus calles, los traslados de un lado para el otro pasando una y otra vez por el mismo lugar, más de cien veces seguro que sí, la mayor parte del día con una sonrisa y con la fuerza que muchos no tienen. Llevan, cargan y manipulan cada viaje de vegetales y frutas hasta los coches de las personas o de bodega en bodega.

Al final no pasa de un caos vial entre visitantes, locatarios y traileros, así como el caos de la salida a Charo ahora que están mejorando las vialidades, como el del centro a las dos de la tarde, así, inundados entre gente y más cargadores sigue y sigue corriendo su día. A veces basta con un chiflido para avisar que van pasando, en otras el famosísimo “ay va el golpe, ay va el golpe doñita”, en el peor de los casos un “chinga tu madre y muévete que voy a pasar”

En ocasiones el peso que transportan por viaje (de las veces que van de local en local o entre la descarga de mercancía) es extremo, cerca de 400  kilos o a veces más( a lo largo de sus jornadas), es todo eso lo que soportan los brazos de los cargadores (por viaje en el diablito son 100kg aprox.), que tal vez por las tardes o al transcurrir el día no se vea tanto, pero por la madrugada así es; kilos y kilos al cargar toda esa mercancía que todo mundo iremos a consumir ya sea directamente acudiendo a comprar a la central o indirectamente asistiendo a uno de los tantos tianguis de la ciudad.

Sin duda es una labor de gran habilidad, verlos por los pasillos nos hace pensar y llegar a la conclusión de que para esto hay que tener maña y fuerza al manejar y cargar desde bolsas hasta el diablito, verlos chiflando y jugando a alburearse unos a otros, todos conocidos. Un verdadero espectáculo. Lo que pasa es que su labor es fundamental para que la comida y los productos que ellos manejan lleguen a nuestra mesa.

Caminando a lo largo y ancho del mercado, me encontré con el asfalto que apesta, que tiene restos de comida, frutas y todo tipo de basura. El mismo asfalto por donde pasan diablitos con montones de arpillas de papa, cebollas, zanahorias y camiones enormes con toneladas de naranja.

Parece increíble que este tipo de cosas se resuelven rápido a estas horas de la noche/madrugada, mientras la gran mayoría duerme. Cuidadosamente ordenados los productos, los comerciantes gritan sus precios a todo aquel que camina por ahí y que pasa percibiendo sus aromas, sus colores a veces hasta su sabor. En las orillas, las sombras van y vienen, los ojos tratan de abrirse bien y distinguir lo que se vende a los lejos, que si son peras o son manzanas, como dicen por ahí.

Así cuando ya amaneció por fin, sigue el recorrido, no acaba, y es más alucinante minuto a minuto, pero la mirada no alcanza y ay que guiarse con la nariz, ahora sí como todo un can, que por aquí unas cebollas, por allá un penetrante olor a chiles y un poco más lejos, una pared púrpura, verde y amarillos formada por rábanos, chilacas y lechugas.

Todos los productos hacen entrada triunfal con olor a ejido, a tierra, a ese olor que mezcla el agua y el lodo que dan vida a lo que pronto estará en nuestra mesa en una deliciosa comida, ensalada o un nutritivo licuado. Los manojos de ésta y otras yerbas, llegarán a la cocina industrial, decorarán platillos en los restaurantes más finos de la ciudad o serán los que se revenderán en los mercados o tianguis de toda la ciudad.

Muchos no duermen durante la noche como la gran mayoría lo hacemos, muchos duermen en el día, descansan cuando sale el sol, por eso la urgencia de vender antes de que éste salga, son los dueños prácticamente de la madrugada.

Cada producto tiene su proceso, a los elotes por ejemplo, hay que desgranarlos con los dedos puntuales para desnudar las mazorcas, los manojos hay que atarlos, y embolsarlos, si es que toca el cliente que quiere un surtido de verduras para su caldito de cocido, las verduras son picadas con los cuchillos más filosos para un corte rápido y perfecto, todo esto con el debido cuidado a pesar de que “ya le saben

-“Para mí, ora’ sí que le voy a decir, esto ya es mi trabajo de por vida, porque pus ora’ sí que ya tengo bastantes años aquí, ya me encariñé como dicen muchos, ya nos acostumbramos ¿no? fíjese son ya 18 años trabajando aquí en el mercado”

 -Frutas y verduras López, block 4 – bodega 44 calle chile

 7:30 AM. “PÁSELE, QUÉ LE DAMOS”

Entre betabel, acelga, manojos de a cinco y de a diez, explicándome porque es más barata una cosa que otra, porqué varían sus precios en diferentes bodegas aun siendo el mismo producto; ella siempre ha vendido los mismos productos en el mismo lugar y por el que paga una renta. Entre el “pásele, qué le damos”, el pago de la renta del local, entre que si el cafecito, el arrocito con leche para el frío, pues hay que echarle ganas como dice doña Vicky, “hay que halarle bonito a la gente, porque ¡con la pura cara no vendemos! – risas –.

Una de sus estrategias es echarles el pilón a sus clientes, y ¿saben qué? La mayoría caen todos rendidos, “el pilón se lo gana quien quiere, pero también cualquiera le compraría a una mujer de sonrisa bonita”, expresó. Una persona tan agradable como ella tiene la capacidad de hacerse amiga y vendedora número uno de todos aquellos que llegan al mercado.

Son las 9:13 de la mañana ya cuando todo empieza a tomar color y forma, cuando hay cada vez más movimiento de clientes y menos de camiones y camionetas que llegaron a descargar horas antes. Mientras una pasarela se lleva a cabo en una de las bodegas de naranjas del mercado, modelan una a una las naranjas que siguen bajando del camión que aún le falta casi la mitad por descargar, al mismo tiempo las muchas otras frutas que posan en los mostradores de los diferentes locales, lo hacen como si supieran que tendrán una sesión fotográfica para lucir sus hermosos colores, y su brillo que incita a darle una buena mordida para después devorarlas completitas. Colores, texturas aromas, precios y sabores que nos enamoran y hacen que los llevemos directamente a nuestro paladar. Cada local pone especial cuidado en hacer lucir su producto, para cuando el cliente llega y ve las frutas y verduras, hasta parece ser opacado por los primeros rayos del sol, esa luz ayuda a que los productos se vean bien presentables y hasta se vendan más. Cajas y cajas de fruta entre ellas manzanas, las cuales las de mejor calidad están al frente, lo mejor siempre se ve y se va primero, con precios varios y buscando los mejores, toda la gente sólo llega, compra y se va.

Acomodadas una a una o todas en línea recta, inclinadas o como se vean más antojables, todos los vegetales entran y salen del montón de cajas de cada bodega.

Dichas cajas cumplen una función esencial ya sea para el acomodo y trasporte de los vegetales y frutos, pero tiene otro tercer, cuarto o quinto uso, sirven como recipiente o así como vil caja para echar los desperdicios de todo el ramaje desde las cebollas, lechugas, y todas esas ramitas que se caen o se le quitan a varios productos.

Durante el recorrido por el mercado aparte de frutas y verduras, también uno se topa con legumbres, carnes frías y mariscos, además de tener una enorme venta de plásticos, locales que ponen a la venta las mismas bolsas que se utilizan todos los días en cada bonche de mandado que las señoras amas de casa se llevan a su hogar, cuidando la economía de todas ellas y de todos los clientes que llegan a sus locales.

A pesar de que nuestra central de abasto no es tan grande dicen que poco a poco hace unos años, la maña se fue apoderando de la economía de los locatarios, poniéndoles tarifas en ocasiones excesivas para que siguieran marchando bien sus locales, sin que tuvieran problemas. Es una de las razones por la cual el mercado a lo largo del tiempo, se ha quedado con menor número de bodegas abiertas. La delincuencia organizada en algún momento les sembró miedo hasta dejarlos sin opción, pues para seguir con sus ganancias los dueños de las bodegas tenían que trabajar más en tiempo e inversión y así completar las cuotas que les exigían ciertos grupos delictivos.

En 2012, Quadratin Morelia publicó una nota respecto a la baja con casi el 50% de las ventas de la mayoría de los comerciantes. Manejando un porcentaje del 30% correspondiente al cierre de las bodegas del mercado de abastos.

Sin embargo, cuando tuve la oportunidad de platicar con varios de los comerciantes y dueños de bodegas, llegaron a la conclusión de que las autoridades no han volteado al mercado de abastos y brindarle apoyos en infraestructura, ya sea remodelación o algo que el gobierno o el ayuntamiento pueda ayudar, ya que a ese mercado van todos los sectores de comercialización a surtirse y definitivamente se siguen generando empleos, por lo que hace falta mayor apoyo sobre todo del gobierno municipal, señalaron. A pesar de que los apoyos de hace un tiempo que hizo Alfonso Martínez a varios de los tianguis de la ciudad, el mercado de abastos no cuenta ni entra en la regularización del mismo nivel, ya que es un mercado distinto y con un lugar y estructura fijos.

Mientras me comía una piña que me había ofrecido uno de los locatarios sobre la calle chile, uno de sus comentarios fue:

“El gobierno debería voltear a vernos, somos un punto clave y grande de comerciantes que surte a distintos puntos de la ciudad, llevando alimentos de calidad a la mayoría de hogares morelianos, sin embargo también cada día son más los oxxos, los walmart o soriana y tiendas grandes de conveniencia que nos opacan las ventas, ya sea por cercanía al cliente de dichas tiendas o porque simplemente la presentación del producto es impecable. A pesar de eso, creemos que nosotros tenemos los productos de mejor calidad y mejor precio, deberían hacer proyectos de difusión para incrementar nuestros visitantes, para mejorar nosotros en atención a nuestros consumidores y darle una mejor vista al mercado, porque si está medio feo y a veces pareciera sucio. Ojalá se haga algo pronto y mantengamos las ventas o en el mejor de los casos, aumentar nuestras ganancias y ganamos todos de una vez”

De cualquier manera la central de abastos nunca dejará de ser un gran mercado que abastece diversos productos a la población moreliana. Es el centro de comercio tanto mayorista como minorista que ha logrado concretarse hasta el día de hoy gracias a su historia y en función de la necesidad de la gente. La función primordial tiene un carácter estratégico; satisfacer las necesidades alimenticias de la población michoacana al comercializar productos diversos y agrícolas.

En palabras de doña Lupe (es la señora que vende café y pan todas las madrugadas)

Pues mi jornada empieza a las 5 de la mañana que ya casi todos llegaron, de hecho la semana pasada te vi, sí llegaste bien enchamarrada para esto que andas haciendo, me da gusto que a ti te interesen este tipo de cosas porque habla de una joven que se interesa por los problemas sociales que nos envuelven todos los días. Está bien que estés interesada por hacer algo con este tema, mira fíjate que yo fui maestra pero veme en donde estoy. La mediocridad tiene nombre y apellido y se llama Guadalupe Pérez Solís, ora’ sí que estoy pa’ servirle en lo que guste. No le voy a decir porqué dejé de dar clases, sólo fue por un problema muy grande que tuve con la familia de un alumno.

¡Uy señorita! casi desde que nació usted yo venía al mercado, pero cuando todavía era maestra y clienta de aquí, cuando todavía se ponía bien el ambiente, ya sabe pura cumbia sonidera es lo que se oía y se sigue de vez en cuando escuchando cuando anda uno aquí en el mercado, pero desde que empezaron a sonar más los corridos y la banda, no hay chamaco que no pase con su camioneta o el carro que traiga y a todo volumen nada más retumban los oídos. Yo he pasado de todo señorita, aquí en lo de la venta del café cada historia que se encuentra uno. Una vez iba llegando con mi carrito así como me ve ahorita, todos los días llega uno positivo para salir bendecido por Dios y tener la mejor de las suertes día con día, pero esa vez no sé si era suerte o no pero fíjese, conmigo llega la gente y se amontona toda, por lo mismo sirvo los cafés rápido, estiran la mano y me pagan y se van, así de sencillo.

Esa vez serví un café normal y cuando recibí el dinero que volteo y veo a un muchachito más o menos vestido que me paga con uno de a quinientos y yo no tenía cambio y le dije “no chamaco vete aquí al lado con el de la verdura a que te lo cambie, y me dijo “no señora quédese con el cambio, hoy era su día, ya le tocaba” no se hicieron esperar las críticas de la gente para rápido decir que porqué le recibía el dinero, que era dinero  mal habido, que era un chaca, que andaba en la maña, etc. Yo mire, la verdad, ni modo que me ande fijando o ande investigando a quién le vendo…pos no, que la gente hable que por lo menos a mí ese día sí me sirvieron esos quinientos que si me ando ganando a veces en dos días, sólo Dios sabe señorita ¿no cree?

Yo no hice más que mirar a doña Lupe y decirle: pues sí, ya le tocaba, guárdelos.

La función del mercado de abastos, no solamente es el acopio y comercialización de productos y alimentos, sino también pues cumple la de regular la oferta y la demanda en un sector en específico de la actividad económica de la ciudad, pues es en mayor parte de donde salen todos los productos que llegan a los tianguis y tienditas que se instalan en todo Morelia.

Concentra y dispersa la oferta de productos agroalimentarios más grande y diversa del mundo, marcando los precios bajos al mismo tiempo de que ofrece mejor calidad de una gran cantidad de productos básicos, fruta, verdura, flores, carnes, plásticos, entre otros.

Marco Antonio Carabantes, 29 años, hijo de los dueños y trabajador de la bodega «Papayas Carabantes» (prepa trunca)

Pues yo que te puedo decir, yo que soy hijo de los meros meros de todo el mercado, – muchas risas -. No te creas pues para mi trabajar aquí ha sido y es siempre una experiencia diferente aun así venga todos los días a hacer lo mismo. Todos los días a las 3:30 o 4 de la mañana pa’ rriba que ya es hora casi casi me frita mi despertador. Yo la verdad estoy muy agradecido con mis padres y pues, sí con ellos porque gracias a que desde que tenemos la bodega o sea, desde hace un buen de años, no pues la verdad más de 25 sí tienen trabajando en esto mis padres, y es que como es de familia, aunque no todos se dedican a esto de las frutas y verduras pero por ejemplo ya de nuestra familia que es bastante grande y somos ocho hijos pues ya una de mis hermanas ya tiene su negocio de eso, y le va más o menos chido ay la lleva!

Nos han pasado miles de cosas que ya ni me acuerdo de todas pero por ejemplo hemos estado hasta el borde de la muerte, por ejemplo una de las tantas veces que hemos ido a surtir la fruta a tierra caliente ¡que por cierto! te hemos invitado un montón de veces y nomás no jalas.

Bueno, esa vez de regreso en plena carretera no manches que se nos sale un llanta de «la burra», no manches! no sé cómo pero mi jefe que era el que iba manejando fue el que quien sabe cómo le hizo pero pudo controlar la troka, y pues bien espantados yo le dije: «apá, cálmese y trate de controlar la camioneta porque si no aquí vamos a quedar, o qué ¿se quiere morir?¨, él sólo entre enojado por lo que yo le dije y espantado y entre el pinche miedo de que nos volcáramos y que se hiciera un accidente más grande que me dice «pendejo pus eso hago, cállate y agárrate bien cabrón.»

Eso pasó hace más o menos…como dos años no manches sí estuvo bien culero esa vez, gracias a Dios no pasó nada más que unas cuantas cajas valieron madres porque entre el  jaloneo de la troka al tratar de mi jefe de controlarla pues sí se alcanzaron a  caer pero pues eso ya qué, a nosotros no nos pasó nada lo bueno, como no íbamos tan rápido, por eso le decimos  «la burra» a la camioneta porque no remanga chido en carretera pero pues uno se anda tranqui, si hubiéramos ido en la otra en la Dodge azul, no manches ahí si nos matamos, pero no pasó nada,  luego de eso nos remolcó un camión y tuvimos que pasar la mercancía al camión que nos ayudó para que pudieran arrastrar la troka sin que le pasara nada a la fruta, estuvo chido, ahorita si lo puedo decir así, – risas -. Fíjate que a veces me pongo a pensar que qué sería si hubiera seguido estudiando, pero pues ya ves que también le hago a la carpintería, de hecho no sé si supiste que puse mi tienda de muebles pero pues la neta como que no funcionó chido y la quité y ahora sólo cuando me dicen que un mueble «así y asá» pues ya se los hago así como sobre pedido, y listo.

La neta sí me rifo para esto, me gusta hacer lo que hago, la carpintería, la bodega y pues mi otra lata que son los coches bien arregladitos, como mi troka azul.

Algunos comerciantes de este gran centro de operaciones y movimientos alimenticios son productores y mayoristas al mismo tiempo, de esta manera es muy difícil igualar los precios tan bajos que existen entre esta cadena. Aunque muchos de ellos sólo son distribuidores mayoristas. Estos compran grandes cantidades (demasiado) de mercancía a los productores y/o fabricantes. Por eso consiguen precios netamente bajos que en ningún otro lado o en otro mercado se puede conseguir. Sin mayoristas, simplemente no pudiesen existir tiendas, mercados públicos, tianguis, etc., ya que el productor difícilmente y con muy altos costos podría llegar a cada «tiendita» a abastecer sólo del producto que vende. Hoy en día existen muchos comerciantes que en unión con sus mismos compañeros ofrecen calidad, precio y buen servicio.

En 2015 se le hizo saber a autoridades del ayuntamiento y gubernamentales correspondientes que, era necesario un estacionamiento para regular los espacios respecto al flujo de vehículos que entraban y salían todos los días del mercado, sin embargo no se hizo nada formal al respecto, los locatarios expresaron en ese momento que sus pérdidas se ve reflejadas a causa de esa situación porque los clientes la mayoría de las veces no encuentran lugar para estacionarse, pues siempre hay autos en segunda y hasta en tercera fila. Otra de las peticiones fue el apoyo de la policía auxiliar para controlar un poco y dar orden a los automovilistas cuando un camión de carga estuviera entrando u obstruyendo algún punto del mercado; tampoco obtuvieron pronta solución.

El año pasado por parte de La Secretaría del Ayuntamiento a través de la Dirección de Gobierno y de las direcciones de Mercados y Comercio en la Vía Pública,  Inspección y Vigilancia,  Asuntos Jurídicos  y la Dirección General de Seguridad Ciudadana Municipal, también se llevaron a cabo actividades regulatorias respecto a la aplicación de reglamentos dentro del mercado, se aplicaron multas por no respetar dichos ordenamientos. En ese momento, para una entrevista respecto a lo anterior, el director de gobierno Iván Barrales Alcántara mencionó que seguirían con los operativos de regularización, además harían balizamiento de calles, colocación de señaléticas que indicaran claramente los horarios de carga y descarga de mercancía además de socializar el sentido de circulación de las calles. Y de nuevo, no hubo acciones al respecto.

En marzo pasado de este 2016, la representante y coordinadora de la Comisión de Servicios Públicos Municipales del Ayuntamiento, Alma Rosa Bahena Villalobos, sostuvo una reunión con los representantes de la “Unión Central Logística de Abastos de Michoacán A.C.” en la cual se discutieron temas como los mencionados anteriormente: balizamiento, regulación, seguridad y la mejora de los servicios de agua en el mercado. En esa oportunidad Villalobos había asegurado a los locatarios que el presidente municipal Alfonso Martínez, ya tenía conocimiento de la situación en la que se encontraba el mercado y había dado ya instrucciones a los funcionarios de Gabinete para atender dichos temas. Por lo cual la Unión de Locatarios se había mostrado en confianza de un posible avance.

Para junio de este 2016, locatarios habían sostenido pláticas con autoridades correspondientes de la Policía Michoacán Unidad Morelia, con el fin de que fueran apoyados en vialidad y seguridad dentro del circuito que rodea al mercado. Posteriormente sí se llevaron a cabo evaluaciones del área, a lo que Isabel Maldonado Sánchez, Comisaria de la Unidad Morelia, mencionó que otra de las peticiones urgentes de los interesados comerciantes, era una mayor presencia policial.

En respuesta, una semana después aproximadamente, ya se encontraban dos unidades de la Policía Michoacán dando cobertura a todo el mercado para promover el orden y apoyar en la prevención de delitos a los comercios de dicha zona. Sin embargo, durante la realización de éste reportaje y durante todas las visitas realizadas al mercado, nunca se notó la presencia de algún tipo de autoridad policial al interior del inmueble, tampoco algún tipo de señalamientos preventivos para cuando los choferes de los camiones de carga estuvieran maniobrando, mucho menos nada de orden al transitar entre dobles filas de autos mal estacionados entre bodegas y comercios.

Al parecer el gobierno ha ido a paso demasiado lento en atender las peticiones que locatarios han hecho desde hace ya varios años. De alguna manera la esperanza de que mejore la situación del mercado aún sigue de pie.

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