Escribir, el encuentro con una voz propia: entrevista a Ramón Lara

Por: Aldo Maximiliano Tapia Castañeda

Tarde calurosa para una entrevista. Él sabe muy bien de climas encendidos. Ramón Lara Gómez nació en Palenque, Chiapas, en 1972. Radica en Morelia por motivos académicos desde 1988. Dos de sus hermanos migraron a la capital michoacana y su familia decidió que lo mejor era que Ramón estudiara en territorio de cantera rosa.

         Ramón Lara es escritor de amplia y galardonada trayectoria. Del año 1999 al 2001 fue director de la Casa de la Cultura de Palenque “Fray Pedro Lorenzo de la Nada”. En 2004 ganó los Juegos Florales Nacionales “Ramón Martínez Ocaranza”, organizados por el Ayuntamiento de Morelia; además del Premio de Poesía de Uruapan. Fue finalista del Concurso de Cuento “Charles Bukowski” México-España en el 2004. Por último, en el 2008, recibió mención honorifica en el Premio Internacional de Narrativa “Ignacio Manuel Altamirano”.

         En el año 2010 vio la luz su libro La Puerta de Enfrente, editado por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas; y en 2013, Amigo Imaginario,  libro finalista del Premio Nacional de Cuento de Acapulco, convocado por la Secretaría de Cultura de Guerrero.

-Ramón, revisaba una de la entrevistas que te han hecho; en una de ellas mencionas que todas las noches, allá en tu pueblo natal, el esposo de tu madre les contaba historias alrededor de la mesa, con café y galletas, sobre lo que pasaba en aquel Palenque de los años veinte y treinta, especialmente sobre brujos que se convertían en lechuzas y se ponían a cantar a media noche, al día siguiente a la persona que se le dirigía los cantos moría. ¿De ahí nace el deseo de ser escritor?

-Fíjate que no, de ahí no nace; de hecho yo no quería ser escritor, no sabía que quería, solamente recuerdo que cuando iba en secundaria me gustaban mucho las clases de Español, no sé por qué pero me gustaban, o sería porque ahí escribía los poemas, cuentos breves, entre otras cosas, que hicieron que me enamorara de la Literatura.

-¿De niño imaginabas escritor?

-No, nada de eso, yo sólo quería ser grande para casarme;  no sé por qué, simplemente me quería casar y ya, aunque ni sabía cómo iba a mantener a mi familia.

-Cuando estás escribiendo ¿Qué deseas transmitir?

-Lo primero que pienso es en disfrutarlo y divertirme, en mi caso la escritura va fluyendo así como mis sentimientos. Por ejemplo: Si yo estoy triste, enojado, feliz, enamorado o cualquier otro sentimiento que tenga, sé que si encuentro las palabras necesarias para plasmar esos sentimientos en mi texto, haré que mis lectores sientan lo que quiero transmitir en ese momento.

-Hablas de tener siempre una voz propia ¿Por qué dices que aún no la tienes?

-Cuando vas empezando en esto de la literatura, puede ser válido imitar a algún escritor que sea de tu agrado, pero lo que no se vale es que ya hayan pasado muchos años y sigas imitando a esos autores. Siempre debes tener una voz propia para que los lectores puedan identificar tus textos; que cuando vean algún escrito o un libro que no diga quién lo escribió, que sólo con el puro estilo sepan con seguridad quién lo escribió.

-¿Quiénes son tus autores favoritos?

-Me gusta mucho José Rubén Romero, la estructura que maneja se me hace muy buena; Mario Vargas Llosa, las historias que relata en sus libros son muy entretenidas y, por supuesto, Gabriel García Márquez.

-Dices que la literatura nace muerta, ¿por qué ese término? ¿Cómo es eso posible?

-A veces utilizo términos que no recuerdo muy bien. Pero supongo que lo dije porque muchos escritores, que apenas se van abriendo camino en esta etapa de la literatura, no saben todo lo que debe pasar en sus textos para que puedan ser publicados; ellos no entienden que se lleva un proceso, un tiempo determinado; quieren que de inmediato sean publicados en cualquier ámbito, en un periódico, una editorial, cuando a veces esos textos son muy ¨light¨, no tienen esa profundidad que se necesita o más bien, esa estructura que necesita el lector.

-Entonces podemos decir que estamos hablando de una autocrítica.

-Así es, la autocrítica es primordial en un escritor, si no tienes esa capacidad de criticar tu trabajo, volveremos a lo mismo, seguirás imitando a tus autores, no tendrás ese estilo y mucho menos, esa voz que te caracterice.

-Has dicho que escribes poemas para las mujeres que deseabas tener, pero nunca pasó nada, ¿eso fue factor para escribir poesía?

-No, los poemas y la escritura me empezaron a gustar antes. Hablando de lo otro, como sabrás a nosotros siempre nos gusta lo prohibido o lo que quieres tener, pero es muy difícil de conseguir, eso es justamente lo que me pasaba mí, pero los poemas sí iban dirigidos a ellas; hasta la fecha le comento a mi esposa de eso y me dice: “oye cabrón, y cómo a mí no me has escrito nada”.

-En todos tus años como escritor, Ramón, ¿qué ha sido lo que más te ha gustado?

-Lo que más me ha gustado es que no soy famoso y, a pesar de eso, sigo escribiendo. Estoy haciendo lo que más me gusta, escribir para alguien, pero sobre todo para mí, creo que eso es lo que más me ha gustado de toda mi carrera como escritor, el aprender a disfrutar el viaje y no forzosamente la meta.

-¿Qué te gusta hacer en tus ratos libres, Ramón?

-¿Me creerías que ya no leo mucho? Hace unos años atrás eso era lo que hubiese querido: quedarme en mi casa y ponerme a leer todo el día pero ya no se puede. Te das cuenta que en tu familia te empiezan a ver con cierto rencor, porque eso era lo que hacía, me encerraba mucho tiempo a leer y a escribir dejando de lado el padre de familia que tuve que haber sido.

Sé que no se pueden remediar 17 años de ausencia en tres meses, pero lo estoy intentando. Últimamente me está gustando mucho la música jazz; cuando llego a mi casa pongo sólo música de ese género. También llevo a mis hijos a la escuela, que era algo que nunca hacía o no lo hacía con frecuencia, el preguntarles cómo les fue en su día son aspectos que estoy trabajando para cambiar.

-¿Qué le diría Ramón Lara a las futuras generaciones de escritores?

Uno tiene que vivir para conocer. Deben de experimentar, salir, viajar, leer, hacer cosas interesantes para así poder tener una historia, para que después la puedan plasmar en alguna obra, como lo hemos venido diciendo; si tú estás divirtiéndote y gozando lo que haces, vas a poder transmitir todo eso a tus lectores, pero primero debes experimentar muchas cosas antes.

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