Después del viacrucis, ‘ahora es nuestra hija’

Por: Andrea Esparza Bustamante

La pareja conoció a la pequeña en una casa cuna, donde la mujer hacía servicio social, pronto se encariñaron y la visitaban por lo menos dos veces a la semana por un par de años, hasta que decidieron presentar la solicitud de adopción ante el DIF hace aproximadamente 7 años.

Según la Real Academia Española, adoptar es tomar legalmente en condición de hijo al que no lo es biológicamente. En Michoacán, el tema de la adopción ha sido poco abordado.

“El proceso se inició como el debido por una madre soltera, con todo el papeleo necesario. Ya conocíamos a la pequeña y nos encariñamos pero no estábamos casados aún”. Comenta el hombre, cuya identidad permanecerá en el anonimato a petición. “Tal vez fue por eso que se vio un tanto lento el proceso, no lo puedo decir con certeza pero eso es lo que suponemos”.

En la página web del DIF, se exponen algunos de los requisitos para llevar a cabo una adopción. Podría decirse que estos son los requisitos legales, como: una carta de intención que manifiesta la voluntad y los motivos para adoptar, identificación oficial con fotografía, comprobante de domicilio, acta de nacimiento, acta de matrimonio o constancia de concubinato, dos cartas de recomendación y dos fotografías a color tamaño pasaporte.

Así como también se deberán presentar estudios médicos, socioeconómicos y psicológicos, una constancia laboral especificando su puesto. El solicitante, igualmente, dAdopcion1eberá comprobar que no ha sido condenado por algún delito grave ni ha tenido antecedentes de violencia familiar.

En este apartado web se dejan fuera algunos puntos de vital importancia. En la página no se mencionan especificaciones para los solicitantes, como: edad y sexo necesarios, estado civil, etc. y si indagamos un poco más, la Ley De Adopción Del Estado De Michoacán De Ocampo, sólo resolverá pocas dudas en cuanto a los requerimientos.

En el Artículo 10 se especifica que los únicos individuos con capacidad de adoptar serán aquellos que sean mayores a los veinticinco años de edad, en pleno ejercicio de sus derechos, libres de matrimonio, cónyuges y concubinos.

A pesar de esto, entre el adoptado y el adoptante deberán haber mínimo diecisiete años de por medio, y si el adoptado es mayor de 12 años, se tomará en cuenta su consentimien to.

La verdadera pesadilla

“Todo estaba siendo procesado de manera debida, hasta que un día nos avisaron que el proceso se había detenido porque la niña ya no se encontraba en la casa hogar donde se supone vivía. La buscamos por toda la ciudad, no te miento, en todas las casas cuna –ella aún era una bebé de dos años–, pero no había rastro de ella”, relata nuestro entrevistado.

“Las autoridades se deslindaron de nuestro caso, pedíamos información y se quedaban callados. Pedíamos ayuda y se quedaron con los brazos cruzados. Estaba únicamente en nuestras manos encontrarla”.

Sólo en teoría

Para adoptar, no importa el estado civil, podría adoptar una madre soltera o un padre soltero, un viudo o viuda, etc. Y en teoría no debería haber ningún problema.

Si el estado civil no es un impedimento, ¿lo puede ser la identidad sexual de cada individuo? La licenciada Diana Cázares Miranda, responsable de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia aclaró que ni la identidad sexual, ni el estado civil son impedimentos para adoptar a un menor, ya que el procedimiento es el mismo para todos los interesados en adoptar.

También Adopcion2aclaró que cualquier menor a los 18 años que se encuentre jurídicamente liberado y con un estado de abandono o víctima es candidato para ser adoptado, independientemente de si sufre o no de algún tipo de discapacidad física o mental.

Para que la adopción sea exitosa, la licenciada Cázares explicó que se les sugiere a los adoptantes su asistencia a unas clases impartidas en el Centro de Atención Primaria en Adicciones (CAPA) sobre la adopción, en donde se les explica a los asistentes las consecuencias de adoptar un menor. Este curso consta de 5 a 6 sesiones, que requieren asistencia constante para que al finalizar se entregue un reconocimiento y así estar seguros de que la adopción es lo que en verdad desean.

‘A rascarse con sus propias uñas’

“Pasó un año, aproximadamente, en el cual nos unimos en matrimonio y estábamos a punto de perder la esperanza, creíamos que la habíamos perdido. Nos enteramos por fuentes externas, amigos de conocidos, que había una niña muy parecida a nuestra pequeña en una casa hogar a las afueras de la ciudad. No era una casa cuna, era una casa para adolescentes. No había manera de que la hubiéramos encontrado nosotros solos.

“Entonces se reanudó el proceso. Ahora fue más ágil porque éramos un matrimonio en forma, no sólo una madre soltera y teníamos formas de demostrar que la estaban escondiendo y que hubo muchas trabas innecesarias en el proceso de adopción. Ella está con nosotros ahora, es nuestra hija.”

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